Resumen de HP y las reliquias de la Muerte - Parte 17

Parte diecisiete.

Todos salieron corriendo y se reunieron alrededor de Harry y Dobby, pero ya era demasiado tarde. Harry insistió en cavar la tumba él mismo, sin usar magia. Ron y Dean se unieron a él para ayudar a excavar; envolvieron a Dobby en la chaqueta de Harry y lo colocaron en el hoyo. Después, todos celebraron una pequeña ceremonia, y Bill rellenó la tumba. Harry reflexionó sobre lo sucedido y se dio cuenta de que Dobby había aparecido después de que él le suplicara ayuda al espejo, o más bien, al ojo que veía en él, el de Dumbledore.

Más tarde, a Harry se le ocurrió una idea: el horrocrux probablemente estaba en la bóveda de Bellatrix y podrían robarlo con la ayuda de Griphook. Cuando Griphook se hubo recuperado un poco, Harry fue a visitarlo. Griphook había logrado llevarse la Espada de Gryffindor de la Mansión Malfoy y estaba tumbado en la cama con ella. Agradeció a Harry por la amabilidad que le había mostrado, pero insistió en que Gringotts era impenetrable. Finalmente, el trio consiguió convencerlo de que los ayudara, pero a cambio tendrían que darle la espada.

Después, Harry, Ron y Hermione visitaron la habitación de Ollivander. Este confirmó que la varita de Harry no se podía reparar y que las varitas que habían robado de la Mansión Malfoy pertenecían a Bellatrix y Draco. También explicó que las varitas tenían sentimientos y que la varita de Draco ahora era leal a Harry. Además, insistió en que la Varita de Saúco era real. Los tres salieron de la habitación, y Harry les contó dónde creía que había acabado la varita. Grindelwald se la había robado a Gregorovitch, y Dumbledore había derrotado a Grindelwald en duelo. La Varita de Saúco le pertenecía a Dumbledore.

Durante las semanas siguientes, idearon un plan con Griphook para robar el horrocrux.

Part Seventeen

Everyone ran outside and gathered around Harry and Dobby, but it was already too late. Harry insisted on digging the grave himself, without using magic. Ron and Dean joined him to help; they wrapped Dobby in Harry’s jacket and laid him in the hole. Afterwards, they held a small ceremony, and Bill filled in the grave. Harry reflected on what had happened and realized that Dobby had appeared after he had begged the mirror—or rather, the eye he saw in it, Dumbledore’s eye—for help.

Later, Harry had an idea: the Horcrux was probably in Bellatrix’s vault, and they could steal it with Griphook’s help. Once Griphook had recovered a bit, Harry went to visit him. Griphook had managed to take the Sword of Gryffindor from Malfoy Manor and was lying in bed with it. He thanked Harry for the kindness he had shown him but insisted that Gringotts was impenetrable. Eventually, the trio managed to convince him to help them, but in exchange, they would have to give him the sword.

Afterwards, Harry, Ron, and Hermione visited Ollivander’s room. He confirmed that Harry’s wand couldn’t be repaired and that the wands they had taken from Malfoy Manor belonged to Bellatrix and Draco. He also explained that wands had feelings and that Draco’s wand was now loyal to Harry. He further insisted that the Elder Wand was real. The three left the room, and Harry told them where he believed the wand had ended up: Grindelwald had stolen it from Gregorovitch, and Dumbledore had defeated Grindelwald in a duel. The Elder Wand belonged to Dumbledore.

Over the next few weeks, they worked with Griphook to come up with a plan to steal the Horcrux.