April 15, 2025
Como si fuera un peso inquebrantable, el rechazo de Lucía le quema a Matías más fuerte que cualquier rayo del sol. Con la mirada baja, regresa a su mesa con los manos vacíos y el corazón desgarrador. Soltando un largo suspiro, Matías se hunde en un torbellino de sus propias emociones mientras los azules de su melancolía le submerge en un mar de la incredulidad.
Un a voz aguda se clava en el silencio como una daga filosa, llevándole el bote salvavidas que le falta. “Estás bien?” balbucea su amiga Flor. Ya sé que no soy monedita de oro… y no a todos les voy a gustar” espeta el protagonista con una voz rebosante con su angustia. En este momento, se siente más irrelevante y desechable que nunca, como si fuera basura. Solamente quiere ocultarse bajo la manta sin salir de su cuarto.
Como si eso no alcanzara su propia derrota, ver ella con el otro le provoca la sensación de haberse ahogado en un océano saldo con sus propias lágrimas. “Que tiene él que que yo no tengo?” un relámpago de codicia le envuelve a Matías. Por supuesto, es alto, musculoso, el capitán del equipo de fútbol. “Y yo… bueno, qué sé yo, supongo que algo bueno debo tener,” ofrece el adolescente. Flor desviaba la mirada, inquieta, entre su mesa y la de ellos, dejándola boca abierta.
Sin embargo, la belleza de la respuesta no reside en la validación externa. Más bien, en los ojos de Lucía se refleja el espejo de las inseguridades de Matías, un lado que ya no está listo para enfrentar. “No hay mal que por bien no venga”, le deja una semilla de su propio valor, esperando las condiciones adecuadas para florecer en la persona que está destinado a ser: alguien que sea suficiente tal como es.
No soy una monedita de oro
Como si fuera un peso inquebrantable, el rechazo de Lucía le quema a Matías más fuerte que cualquier rayo del sol.
Con la mirada baja, regresa a su mesa con loas manos vacíoas y el corazón desgarrador.
Un a voz aguda se clava en el silencio como una daga filosa, llevándole el bote salvavidas que le falta.
“Estás bien?” balbucea su amiga Flor.
En este momento, se siente más irrelevante y desechable que nunca, como si fuera basura.
Solamente quiere ocultarse bajo la manta sin salir de su cuarto.
Como si eso no alcanzara su propia derrota, verla a ella con el otro le provoca la sensación de haberse ahogado en un océano salado conde sus propias lágrimas.
Por supuesto, es alto, musculoso, el capitán del equipo de fútbol.
“Y yo… bueno, qué sé yo, supongo que algo bueno debo tener,” ofrece el adolescente.
Flor desviaba la mirada, inquieta, entre su mesa y la de ellos, dejándola boca abierta.
Sin embargo, la belleza de la respuesta no reside en la validación externa.
“No hay mal que por bien no venga”, le deja una semilla de su propio valor, esperando las condiciones adecuadas para florecer en la persona que está destinado a ser: alguien que sea suficiente tal como es.
No soy una monedita de oro This sentence has been marked as perfect! |
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Con la mirada baja, regresa a su mesa con los manos vacíos y el corazón desgarrador. Con la mirada baja, regresa a su mesa con l |
Soltando un largo suspiro, Matías se hunde en un torbellino de sus propias emociones mientras los azules de su melancolía le submerge en un mar de la incredulidad. |
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“Estás bien?” balbucea su amiga Flor. This sentence has been marked as perfect! |
Ya sé que no soy monedita de oro… y no a todos les voy a gustar” espeta el protagonista con una voz rebosante con su angustia. |
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Como si eso no alcanzara su propia derrota, ver ella con el otro le provoca la sensación de haberse ahogado en un océano saldo con sus propias lágrimas. Como si eso no alcanzara su propia derrota, verla a ella con el otro le provoca la sensación de haberse ahogado en un océano salado |
“Que tiene él que que yo no tengo?” un relámpago de codicia le envuelve a Matías. |
Por supuesto, es alto, musculoso, el capitán del equipo de fútbol. This sentence has been marked as perfect! |
“Y yo… bueno, qué sé yo, supongo que algo bueno debo tener,” ofrece el adolescente. This sentence has been marked as perfect! |
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Más bien, en los ojos de Lucía se refleja el espejo de las inseguridades de Matías, un lado que ya no está listo para enfrentar. |
“No hay mal que por bien no venga”, le deja una semilla de su propio valor, esperando las condiciones adecuadas para florecer en la persona que está destinado a ser: alguien que sea suficiente tal como es. This sentence has been marked as perfect! |
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